¿Quieres aprender tenis en Madrid?

Responde estas dos preguntas:
Bien, entonces definitivamente puedes aprender a jugar al tenis o mejorar tu juego dando clases de tenis en Madrid.
¡Quiero ayudarte a conseguirlo! Yo podría ser tu profesor, y además me desplazaré a la pista de tenis más cercana a tu casa. ¡Ya no hay escusas!
He buscado en la red las principales causas por las que algunas personas no se lanzan a empezar las clases de tenis, y voy a contaros algunas de las que mas me han llamado la atención y creo que requieren de nuestro apoyo:
- La vergüenza: Una de las más peligrosas. Ataca a directamente a la autoestima del jugador de tenis en potencia, arrastrándola y desarrollando posteriormente, una actitud de inferioridad y temor hacia el resto de personas. Como jugador, y profesor de tenis he
conocido muchos casos a mi alrededor de ésta índole, y no hay cosa que mas me apene, que ver cómo la vergüenza destroza la ilusión de alguien que le apasiona lo que hace, que crece con cada esfuerzo que hace en la pista y disfruta invirtiendo su tiempo en algo que le requiere ese esfuerzo. Si hay algo característico en el tenis, es cómo te hace sentir una vez lo has practicado, el afán de superación al terminar un partido es extremo y la recompensa, se gane o se pierda, la recibes al sentir cómo has luchado cada raquetazo, cada sprint. Así que, deja la vergüenza a un lado, todos hemos aprendido alguna vez, y quien no lo haya hecho, no podrá comprender la satisfacción que se consigue en el aprendizaje, y ¡ojo! ésto es aplicable a todos los ámbitos de la vida, no solo al tenis. Se tu mismo, y disfruta de la vida a tu manera porque tu eres el protagonista y quien decide el guión de la gran película de tu vida.
- Miedo al dolor: Ya sea por las famosas «ampollas» que todos temen, como por las posibles lesiones que se pudieran ocasionar jugando al tenis, muchas personas terminan echándose para atrás. Pero… ¿creéis de verdad que estas personas no están continuamente expuestas a peligros del mismo tipo en su vida cotidiana? Como decía aquel refrán «quién no arriesga, no gana» y aquí es
completamente aplicable. Si tuviera que temer a las ampollas, yo personalmente, dejaría de cocinar por miedo a quemarme con el aceite (cosa que me gusta mucho y llevaría bastante mal tenerme que privar de mis platos especiales) o por ejemplo, desaparecería la tradicional peregrinación del camino de Santiago en España. Las ampollas, son algo con lo que conviven muchos deportistas, tanto profesionales como no profesionales, y que no supone una gran trascendencia en su estado físico ni mental. Y las lesiones, pueden aparecer tanto por hacer deporte, como por no hacerlo (comprobado, la vida sedentaria favorece la aparición de contracturas musculares). La cuestión es saber cómo evitarlas y realmente, a través de un buen calentamiento, y un juego en su justa medida, adaptado a tu nivel, a tus capacidades y a tu estado físico y mental de ese momento, no tienes por qué sufrir ninguna lesión jugando al tenis.
- La edad: A veces me encuentro con algunas personas que me preguntan si no son demasiado jóvenes, o demasiado viejas, para empezar a jugar al tenis, no se si será tu caso, pero normalmente suelo responder con preguntándoles si alguna vez han sentido hambre a deshoras,
antes de comer, o después de haberlo hecho. El 99% de ellos responden que sí. Pues en mi opinión, esto es lo mismo, a veces uno no es capaz de comer cuando le toca, porque no le apetece o porque ya ha comido bastante en la anterior comida… Y sin embargo, en el momento que seguramente no sea el más indicado, a uno le entre el apetito y no pueda remediar calmar su hambre con algún tentempié. ¡Y qué gusto poder satisfacer ese deseo! Lo mas probable es, que te llene de energía y de pié a nuevas oportunidades. Ésto es igual, si de joven se despierta en ti una emoción al ver un partido de tenis, o al ver a algún adulto mientras juega, es el momento de empezar a disfrutar de este deporte tengas 4 años o 16. Y si por el contrario, crees que «ya estás mayor para esto» y te sientes como una vieja máquina oxidada, deja tus pretextos y permítete mejorar para sentirte ágil y sano como mereces. Como ejemplo, te pondré al tenista federado de mas antigüedad, Artin Elmayan , a sus 95 años conserva una destreza admirable y sobre todo, una actitud deportista inmejorable. Toma esta referencia para demostrarte a ti mismo que nunca es tarde si se trata de aprender algo que te apasiona.
- Llevar gafas: He encontrado que mucha gente no se atrevía a iniciarse en este deporte solo porque ven peligrar sus gafas durante el juego, y me ha resultado muy curioso ya que hay millones de jugadores que las han usado durante muchos años, o incluso las siguen usando
cuando juegan al tenis. El principal motivo de su miedo es que terminen rompiéndose, pero el riesgo es mínimo ya que se trata de una pelota de dimensiones mínimas comparadas con las de otros deportes (como fútbol o baloncesto) y como norma general, siempre tiende a pasar por un lateral de nuestro cuerpo (dado a que en este deporte, lo único que puede golpear la pelota es la raqueta). Además, hay que reconocer la recomendación de usar gafas de sol que nos dan los expertos y profesionales del tenis, para proteger los ojos de los rayos ultravioletas o para evitar deslumbramientos que el sol pudiera causar reflejándose en la pista. No obstante, si tus gafas usuales empezaran a ser para ti una molestia mientras juegas al tenis, siempre podrás optar a utilizar lentillas o hacerte con unas gafas graduadas para deportes , ideales por su ligereza y adaptabilidad.
Si en algún momento de tu lectura, te has podido sentir identificado con algunos de estos prejuicios que he mencionado anteriormente, o conoces a alguien que pudiera empatizar con alguna de estas situaciones de bloqueo, no te preocupes, como ves, no estás solo.
Aún así, seguramente algunos de mis argumentos te habrán podido convencer de que realmente TU PUEDES empezar a jugar al tenis, te pongas las escusas que te pongas y ahora es el momento perfecto para intentarlo. Yo estoy dispuesto a ayudarte a conseguir tus objetivos, y si tu me dejas, puedo ser tu profesor de tenis en Madrid.
1 COMENTARIO